Día 04 – Arusha
Increíble la sensación que tengo en el cuerpo.
Llegamos ayer de noche a este horrible lugar, ¿y qué hacéis ahí?? seguir una pista. Esa pista se acerca a nosotros con un cartel que pone JAIRO x2 en cuanto nos asomamos por la puerta del autobús (todavía sin bajar) entre una marea de vendedores.
– HOY NO! Le dijimos a tu compañero que hoy no queríamos negociar nada!! – le suelto en un tono que, ahora me doy cuenta, fue bastante agresivo.
– Sin problema, quedamos mañana. Vengo a ofreceros llevaros al hotel gratis.
Con esa frase me quita la coraza necesaria ante la multitud de vendedores, suavizo la mirada y emerge de mi interior una humanidad dormida por un viaje agotador.
Venir a Tanzania y no hacer un safari es casi pecado. Claro que quiero ir! Estoy en el país del Serengueti y cráter Ngorongoro. Quiero, quiero, quiero ver animales tan libres y salvajes, pero ahora mismo, pagar 500-600€ para 3-4 días de safari no es para nosotros una opción.
Ahora bien, lejos estoy de frustrarme. Soy consciente a lo que llego y a lo que no. Sé que viajar tantos días, tan lejos tiene un precio, y ese precio es quizás el no poder hacer todo lo que quisiera hacer.
Pero… Puedo intentarlo.
Podría tener más dinero, sí, pero podría tenerlo y quizás no estar aquí, en este horrible pueblo luchando por lo que quiero. Esta lucha quizás sea lo más cerca que esté de conseguirlo en base a mis posibilidades, pero eso es ya para mí motivo suficiente para estar orgullosa.
Jairo y yo decidimos invertir 3 días (ida y vuelta a Arusha + perder un día de negociaciones); así como marcarnos un presupuesto de 200€. Teníamos el día de hoy para conseguir que la inversión en días hubiese valido la pena.
De nuevo la magia: a las 11.00am conseguimos cerrar un trato para nosotros inmejorable y lo que es aún mejor, tener todo un día libre que sobre el papel dábamos por perdido. Conseguimos que nos incluyese en el precio una comida en el Lago Duluti y paseo de 2 horas en canoa con guía local, pasando así el día relajados y satisfechos bajo el sol de un lago del norte de Tanzania, escuchando a lo lejos cánticos que no entiendo de alguna comunidad creyente y cantando en alto, Hakuna matata, expresión que aquí sí tiene sentido.
Pase lo que pase en los próximos días, el haber aprovechado el día de hoy con Joseph, nuestro guía, es ya una sensación impagable. Además tiene mi total confianza desde que me quitó esa coraza al conocerlo tras ese cartel de JAIRO x2, y hoy empecé a cogerle aprecio cuando consiguió gratis para mí un nuevo refuerzo para ese bolso que al final del viaje será indestructible.
No creo que pueda dormir, nunca habría soñado hacer lo que nos espera los próximos días. Lo contaré al volver. Hacemos las maletas, desconectamos, nos vamos lejos, todavía más lejos.
Gracias por estar ahí
SARA HORTA. 06-05-16